Qué hermosas son las perlas. Aún así debemos saber que son producto del dolor. Toda perla es la consecuencia de una ostra que ha sido herida por un grano de arena que ha entrado en su interior. Una ostra que no ha sido herida no puede producir perlas...
En la parte interna
de la ostra se encuentra una sustancia llamada “nácar” y cuando un grano de
arena penetra en la ostra, ésta lo recubre con capas de nácar para protegerse.
Como resultado, se va formando una hermosa y brillante perla.
¿Te has sentido herido por las palabras, o actitudes de
alguien?
¿Has sido acusado de
decir cosas que nunca has dicho?
¿Han sido tus ideas
rechazadas o ridiculizadas?
¿Te han culpado de
haber hecho algo que jamás hiciste?
¿Tu actitud frente a
ciertas situaciones, se malinterpreta?
¿Has sufrido alguna
vez los golpes de la indiferencia?
¿Te han herido precisamente
aquellas personas que menos esperabas?
¿No te valoran como
realmente lo mereces?
Entonces, perdona y
haz de tu herida una perla. Cubre tus heridas con varias capas de amor,
recuerda que cuanto más cubierta esté tu herida, menos dolor sentirás. Por el
contrario, si no la cubres de amor, esa herida permanecerá abierta, te dolerá
más y más cada día, se infectará con el resentimiento y la amargura y peor aún,
nunca cicatrizará. En nuestra sociedad, podemos ver muchas "ostras
vacías" no porque no hayan sido heridas, sino porque no supieron perdonar,
comprender y transformar el dolor en una perla.
“UNA PERLA ES… UNA HERIDA SANADA POR EL
AMOR"
No hay comentarios:
Publicar un comentario