Cuando estoy a tú lado me siento derrotado
por el perfume que emanas, por el olor de tu cuerpo.
Un día
te ofrecí una rosa de tallo verde largo, con espinas dispares. Nunca nadie sabe
a ciencia cierta, cuantas esperanzas caben en una rosa, pero todos sabemos que
es un hermoso símbolo.El día que te ofrecí la rosa, dejo de ser una flor para convertirse en un corazón, en una luz de esperanza, creí que sería el comienzo de algo mágico, lleno de claves que escapan a la memoria al estar enamorado.
La recibiste con ojos asombrados, con las manos frías, con honor, ceremoniosamente, acercaste los pétalos a tu nariz e inhalaste una invitación a ser amada, cuando la frescura del pétalo rozó la sequedad de tus labios simulando un beso.
En la aspereza del tallo sintió un punzón en su dedo tembloroso. Aquel punto rojizo de su sangre, aquella pequeña gotita encendida en la yema de su dedo, la asusto, vio el presagio de la desgracia, el comienzo de la desventura y con paso torpe se retiro apresuradamente, y la rosa sintió con tristeza el impacto sobre el suelo.
Me retiré con los ojos preñados de lágrimas, y la rosa que por un instante fue un corazón, agonizó en la vereda mustia de sueños, y luego sin pena ni gloria así se quedo la flor.
Yo seguiré siendo el protagonista de mis sueños, y para perpetuar nuestro encuentro, buscare otra rosa sin espinas y para mantener vivo tú recuerdo, mi pluma te regala esta pincelada de amor.
Existes,
Tú
eres
El
pecado original.
El
laberinto donde busco la salida
Para
amarnos los dos en una vida.
Existes
y
habitas mis fronteras
para
que firme de mis sueños,
que
embriagas mis noches solitarias.
Tú
disipas los males que me aquejan
Fabricas
fantasías, y nos amaremos
Si
alguna vez nos dejan.
Me gusta
ResponderEliminar