jueves, 3 de mayo de 2012

LLEGA LA NOCHE

Un escalofrío recorre mi columna y se adueña de mi nuca. Siento como los cabellos de mi cabeza se erizan hasta el punto de causarme dolor, como si fuesen alambres clavados en mi cuero cabelludo. Llega la noche y con ella: el miedo, los sudores fríos, la angustia, el desasosiego... Intento permanecer despierto sabiendo de antemano lo infructuoso de ese deseo, pronto resultaré vencido por el sueño y volverá la pesadilla recurrente de todas las noches de esta parte de mi vida. En esta vida tengo treinta y dos años, una mujer, dos hijos y soy arquitecto. Vivo en una selecta urbanización de Madrid y mi vida sería de lo mas placentera y anodina si no existiesen las noches. Cuando el sol se oculta y llega la oscuridad el sueño viene invencible y con él mi otra vida.

En la vida oscura, así la llamo, siempre estoy huyendo. Me persiguen los leones, están en todas partes, leones enormes de grandes melenas, con garras afiladas como cuchillos y dientes enormes que, al abrir sus fauces, reflejan en ellos los rayos de luna. Reflejos terribles de miedo y de muerte. En esta otra vida solo existe el miedo a la muerte. Me acosan, me persiguen con sus servidores. Estos, los servidores, van de cuatro en cuatro y visten de blanco, blanco inmaculado. Son taimados, traidores que te cercan, te acorralan, te aprisionan, inmovilizan tus brazos y luego te ofrecen a las fieras sanguinarias.

Al principio creí que soñaba: solo eran pesadillas, producto de los nervios y de la tensión del trabajo. Pero un día desperté sangrando profusamente con profundos cortes en el pecho. En la vida oscura, un león enorme me había herido de un zarpazo. Desde entonces dudo ¿Cual de mis dos vidas es sueño?, o ¿son dos vidas?, o ¿son dos sueños...? O, tal vez, estoy perdiendo el juicio y me estoy volviendo loco. Pero aunque no los quieran ver, en mi pecho hay zarpazos.

—Oigo voces.

—Tenga cuidado. Hoy se despertó muy alterado, tuvimos que ponerle la camisa de fuerza.



FIN


©Luis Casao Benedí


4 comentarios:

  1. Gracias Luis por tu colaboración y por aportar a este humilde blog, parte del inmenso talento que tienes. Es un honor leerte pero sobre todo tenerte como amigo.

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  2. En lo referente a la frase final, creo que soy yo el más afortunado.
    Te agradezco tus comentarios y el privilegio de permitirme ocupar un espacio de tu Blog.
    Un abrazo.

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  3. El relato es maravilloso. Enhorabuena Luis.

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    1. Me gusta que te guste. Gracias.
      Salud y República ;))

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