Clara reluciente y
plateada.
La miro y no la reconozco,
porque yo sigo vagando
entre las sombras de la
noche oscura.
A ti mujer que ame sin esperanza,
ahora te contempla vagar
entre las flores.
Mientras tu amante
desespera
en sueños de ilusión y sinsabores.
que broto entre la lava de mi volcán.
Fue el ensueño de un
poeta,
el dulce suspiro inocente
de un niño,
de un ángel de amor que
por ti suspira.
Contémplala luna querida,
alumbra con destellos su camino,
que yo cruzaré la vida,
con el llanto y la
miseria del poeta.
Dile que su recuerdo
en mi memoria siempre
estará.
Me buscaré un futuro de gloria,
y andaré mendigando por
el mundo tú amor
Dejaré mi vida en la cuneta,
cuando cansado de llorar sucumba,
Y así, luna querida,
seguirás alumbrando
las flores marchitas
sobre mí tumba.
El Cascarrabias
No hay comentarios:
Publicar un comentario