jueves, 4 de abril de 2013

REFLEXIONES EN EL FINAL DE UNA VIDA


 Soy un zombi vagando por caminos inciertos. Sufro de alucinaciones de un pasado glorioso. Ahora ya no soy nada. Solo un trovador sin futuro y sin amores. Que canta sobre su tumba los sueños pasados. Que odia profundamente el mundo. Que lleva la frente tiznada de dolores y gemidos. Y se ríe del sarcasmo de la gente. Mí frente envejecida ya no sueña. Ni el cansado corazón late. Todos me repelen en mí sufrir eterno, que brilla en la aureola del martirio, la fatídica llama del infierno. Devorado por negros presagios. Cambio sollozos por sonoras carcajadas. Y renuncio a mis creencias redentoras. Perdida la fe, busque la orgia. Pero el vicio aumento mi desencanto. En la virtud creí ver el camino. Pero vicio y virtud, ya todo me hastía. Nada es capaz de conmover a mi gastado corazón. Perezoso, indiferente a todo. Ya no sufre ante la desgracia. No es feliz, ni quiere serlo. Un mundo sin piedad lo ha envenenado. Mi risa se burla del dolor ajeno. Y si queda algo bueno, me da vergüenza que lo sepa el mundo. Ya no siente el dolor, ni el pasado ni el presente. El futuro lo espero indiferente. Ya da lo mismo ser feliz o desgraciado. Soñé en glorias, con el delirio y la audacia de una mente loca. Pero la gloria y mí osada ambición me pareció poca. Pues la gloria que soñé fue tan solo una mentira ilusoria. Hoy nutrido de negras decepciones. Avergonzado en mí vejez. Solo ambiciono acostarme en mi cadalso de muerte. Y dormir en paz donde me dejen en la tierra.

 Marzo 2013
El Cascarrabias

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