Soy
un zombi vagando por caminos inciertos. Sufro de alucinaciones de un pasado
glorioso. Ahora ya no soy nada. Solo un trovador sin futuro y sin amores. Que
canta sobre su tumba los sueños pasados. Que odia profundamente el mundo. Que
lleva la frente tiznada de dolores y gemidos. Y se ríe del sarcasmo de la
gente. Mí frente envejecida ya no sueña. Ni el cansado corazón late. Todos me
repelen en mí sufrir eterno, que brilla en la aureola del martirio, la fatídica
llama del infierno. Devorado por negros presagios. Cambio sollozos por sonoras
carcajadas. Y renuncio a mis creencias redentoras. Perdida la fe, busque la
orgia. Pero el vicio aumento mi desencanto. En la virtud creí ver el camino.
Pero vicio y virtud, ya todo me hastía. Nada es capaz de conmover a mi gastado
corazón. Perezoso, indiferente a todo. Ya no sufre ante la desgracia. No es
feliz, ni quiere serlo. Un mundo sin piedad lo ha envenenado. Mi risa se burla
del dolor ajeno. Y si queda algo bueno, me da vergüenza que lo sepa el mundo.
Ya no siente el dolor, ni el pasado ni el presente. El futuro lo espero
indiferente. Ya da lo mismo ser feliz o desgraciado. Soñé en glorias, con el
delirio y la audacia de una mente loca. Pero la gloria y mí osada ambición me
pareció poca. Pues la gloria que soñé fue tan solo una mentira ilusoria. Hoy
nutrido de negras decepciones. Avergonzado en mí vejez. Solo ambiciono acostarme
en mi cadalso de muerte. Y dormir en paz donde me dejen en la tierra.
Marzo
2013
El
Cascarrabias
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