Y te has marchado,
alzando el vuelo.
Como emigran las aves
buscando otro verano.
Al encuentro de otro amor
más grande que el mío.
Al calor de otros brazos
Que te hagan sentir
la más hermosa,
la más amada.
Que te corone su princesa.
Que te ame tanto,
que nunca te deje.
Ahora caminas
por el cristalino rio,
al son del aleteo
de los cisnes.
En busca
de ignorados rincones.
Rastreando el suelo,
rozando manos,
persiguiendo la libertad,
que tanto ansiabas.
Dime, dime,
quien te abrazará,
cuando la pena agote
el tiempo que te dio
aquel reloj de arena.
los versos que yo te
esculpía
cuando conmigo estabas…
Quien te insuflará el aire,
cuando la atmosfera
esté cargada.
Cuando tus alas
ahora blancas
se vuelvan grises.
Cuando los pétalos de la
rosa
abandonen su corola,
Y vuelen por el prado
de tu inconsciencia
perdida.
Yo sé que alguna parte
de mí te acompañara
en las penas de tú alma…
Porque no me dejas salvar
la distancia de tu lejanía.
Del abismo profundo
Porque no me dejas embriagarme
con el perfume
que tú cuerpo exhala.
Al fin y al cabo,
yo solo deseo beber
tus besos y rodearme
de tú gloria que en los
labios tienes.
Ser el lino de tu lecho.
Cubrirte con ardor y morir
contigo
en los temblores de tu
pecho…
El Cascarrabias
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